Premiados del XI Concurso literario de redacción 2011

A la presente edición se han presentado 93 trabajos procedentes mayoritariamente de Asturias y un número importante de ellos procedentes del resto de España. En la modalidad introducida este año, se hizo una selección previa de los trabajos recibidos, de los cuales 10 pasaron a la fase final. Todos ellos han sido leídos detalladamente por los miembros del Jurado y tras la reunión mencionada acuerdan conceder los siguientes premios:
PRIMER PREMIO:
Al trabajo titulado «Olor a canela» del que resultó ser autora OLAYA MANRIQUE GARCÍA, alumna de 3º de ESO del Colegio San Fernando de Avilés.
SEGUNDO PREMIO:
Al trabajo titulado «No son buenos tiempos para los soñadores» del que resultó ser autora SORAYA FERNÁNDEZ IGLESIAS, alumna de 4º de ESO del Colegio Santo Tomás de Aquino de La Felguera.
TERCER PREMIO:
Al trabajo titulado «LA MANSIÓN» del que resultó ser autor JOSÉ MANUEL SERRANO LOZANO alumno de 4º de ESO del Colegio de Fomento Los Robles de Llanera.
CUARTO PREMIO:
Al trabajo «SOMBRAS EN LA LEJANÍA» del que resultó ser autor RODRIGO FERNÁNDEZ PÉREZ alumno de 3º de ESO del Colegio Santo Domingo de Guzmán de Oviedo.
El jurado destaca la calidad literaria, la madurez y la facilidad expresiva de los finalistas y quiere dejar constancia de las dificultades en que se ha visto para dirimir el resultado final debido a la excelencia de los trabajos presentados.
Jurado
Presidente: | D. Julio José Rodríguez Sánchez |
Jurados: | |
D. José Manuel Ibáñez Cavero | D. José Manuel Díaz González |
D. Javier García Cellino | D. Fernando Carrocera Castaño |
Secretario: | José Mª Díaz Miguel |
La Felguera, 20 de abril de 2012
Trabajo ganador: Primer premio
Olor a Canela
Un día se levanta: está ahí. Tiene la certeza de que nada va a cambiar… todo va a seguir igual y toca madera para que no vaya a peor. Está parada delante del espejo, tiene la cara desfigurada por el pánico. Se da cuenta de que dentro de «X» años, unos adolescentes descocados la estudiarán como la «clase media española, empleada en el sector servicios…» Su nombre no aparecería. Nada. Porque no existiría… No es que tuviera delirios de grandeza. No quiere ser Napoleón ni Isabel la Católica.
A veces, cuando sale a la calle, piensa que ese mismo golpe de aire, lo podría haber recibido otra persona, obteniendo la misma satisfacción que obtuvo ella, pero como la sociedad va tan deprisa… nadie se ha parado a plasmarlo en un papel.
Son tiempos difíciles para los soñadores. Quizá, sólo quizá, haya la más mínima posibilidad de que ella sobreviva, dejando una herencia. Se decidió a plasmarlo. Siempre había pensado que su nombre quedarÌa bien en la portada de un libro. Si, eso haría, eso; exactamente. Se dedicaría a poner en común todos los pequeños placeres, situaciones y frases que nos hacen felices por unos segundos. Como salir de casa con mucho calor y que el aire fresco te golpee en la cara. O justo en el momento en el que te echas a la cama, contraer todos tus músculos, y relajarte de pronto; dejando que las tensiones del día se escurran por el cabecero. Su libro también apresaría olores.
Era curioso la capacidad de memorización de datos estúpidos que tenía, pero al pensarlo recordó haber leído que el olfato humano tiene más memoria que la vista y el oído.
Rememoró que cuando le pasaba algo malo, su abuela le daba natillas, y ese olor a canela todavía hoy consigue transportarla a su infancia. Decidió que si todos los seres humanos tenían ese tipo de memorias, debería refugiarse en ellas, y ser felices. Pensó que si a cada persona su abuela le hubiera dado natillas con canela, nadie se pelearía por un trozo de tierra, o por un barril de petróleo.
Si, decididamente haría eso, era la única manera que se le ocurría para hacer sonreir a alguien, compartir con él o ella las cosas que la hacen feliz y quedarse allí, asomada en el recuerdo de la gente, para la posteridad.
Autora: Olaya Manrique García